Una Dimensión Interna de la
Historia  del Movimiento Teosófico
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
Un paisaje asiático, en un cuadro de Nicholas Roerich
 
 
 
El movimiento teosófico es un núcleo pionero de la futura fraternidad universal de la humanidad, y fue creado por Helena Blavatsky en 1875, bajo la inspiración de algunos Mahatmas o Maestros de Sabiduría que viven en locales retirados de los Himalayas. 
 
Para estos sabios, las distancias geográficas tienen poca importancia, porque la clarividencia y la telepatía están entre las aptitudes que tienen perfectamente desarrolladas. Ellos ayudan silenciosamente a los seres de buena voluntad de distintos países, filosofías, religiones y clases sociales. Una vez que un individuo tiene capacidad de pensar por sí mismo sobre temas filosóficos, posee un horizonte mental amplio y una tendencia a vivir de  modo altruista, él pasa a estar de algún modo dentro del campo de observación general de los maestros. Hay una interacción permanente entre los sabios inmortales y la humanidad, pero ella ocurre de manera más compleja y más sutil que lo indicado por las apariencias.
 
Este es uno de los temas prioritarios para la Logia Independiente de Teósofos.
 
El investigador que trata de entender la evolución del movimiento teosófico en el pasado y sus perspectivas futuras percibe que la historia de los contactos con los Maestros tiene cuatro etapas o aspectos.  
 
Una de estas etapas – hay que señalarlo – es la total negación de la posibilidad de contactos, o incluso de la existencia de los Maestros. Pero el desaliento y el escepticismo son solo dos de las varias formas de ilusiones que el movimiento debe identificar y eliminar.   
 
Entre las cuatro fases históricas con relación al tema de los contactos con los Maestros hay un “factor sucesivo”, esto es, una fase prepara, en cierto modo, la otra.
 
La primera fase ya concluyó. Pero el tiempo transcurrido desde 1875 es todavía tan corto que en la primera parte del siglo XXI las etapas dos, tres y cuatro están aún superpuestas entre sí. En otras palabras, todavía funcionan como si fueran simultáneas.
 
1) Durante la primera fase de la historia hubo contactos auténticos con los Maestros, y tales contactos ocurrieron con frecuencia en los planos externos de la realidad. En esta fase, algunas veces los Maestros son vistos. Envían cartas. Ayudan a HPB a producir fenómenos tales como la famosa materialización de tazas, y hay muchos otros ejemplos. Ese período va hasta  1884-1885, cuando se reduce radicalmente, y cesa por completo en 1900. En esta primera fase los Maestros nunca dicen cosas comunes. A menudo critican a los discípulos, mostrando sus puntos débiles para que puedan corregirse. El discipulado que surge de esos contactos  – según consta en las Cartas de los Mahatmas – es un camino severo que puede ser seguido por los pocos individuos capaces de tomar una decisión firme en la vida.    
 
2) La segunda fase de la historia de los contactos con los Maestros está hecha de contactos imaginarios, y todavía está ampliamente vigente en el “movimiento esotérico” en general de esta primera parte del siglo XXI.  Aquí los “Maestros” solo dicen cosas insubstanciales, y repiten con énfasis todo aquello que los “discípulos” desean escuchar. Tales “Maestros” son la invención subconsciente de supuestos discípulos. Al parecer, el primer mejor ejemplo conocido de una fase tal ocurrió en Inglaterra a través del Sr. Alfred Sinnett, que, mientras HPB aún vivía, realizó sesiones hipnóticas usando médiums y tuvo diálogos con Adeptos imaginarios en el “círculo interno” de su Logia de Londres. HPB escribe acerca de los contactos falsos con Maestros en las últimas páginas de “La Clave de la Teosofía”. Fue en ese “círculo interno” donde tanto Annie Besant como Charles Leadbeater comenzaron a desarrollar sus contactos imaginarios con Maestros falsos, como se puede ver en la Autobiografía del Sr. Alfred Sinnett. (Publicada por el “Theosophical History Centre” Londres, 1986, 65 páginas.)
 
3) La tercera fase en la historia de los contactos con los Maestros es el resultado kármico de la fase dos. Pasado el primer efecto agradable de los contactos imaginarios,  el escepticismo y el desaliento pasan a dominar, y entonces todo contacto es visto como irreal. A veces, para poder luchar contra la desesperanza, algunos estudiantes sinceros caen de nuevo en la fase dos, e inventan otra vez “brillantes” luces artificiales para que todo siga adelante. Esto solo hace que el problema se torne más profundo. El dilema entre la ilusión de falsos contactos y la ilusión de que “todo es falso” crea una trampa mortal para muchos que abandonan el enfoque de sentido común enseñado por H.P. Blavatsky. La tercera fase, la fase de la creencia en que no hay contacto, también abre algunas puertas del movimiento al trabajo de estudiosos  que no son sino falsos eruditos que se presentan como científicos y académicos. Ellos tratan de describir al movimiento como si estuviera interiormente muerto, y como si la fase uno jamás hubiese existido.  
 
4) La cuarta fase en la historia de los contactos con los Maestros está formulada esencialmente en el texto de la “Carta de 1900”. El texto completo de esta carta se puede encontrar en nuestros sitios web asociados bajo el título de The 1900 Letter From a Mahatma (“La Carta de 1900 de un Mahatma”),  con el subtítulo “The Document Which Warned that the Adyar Society Had Abandoned Real Theosophy” (“El Documento que Advirtió que la Sociedad de Adyar Había Abandonado la Teosofía Verdadera”).
 
En la carta de 1900 vemos estas palabras: [1]
 
“La cresta de la ola de la evolución intelectual debe ser sujetada con determinación y guiada hacia la espiritualidad. Esta no puede ser forzada dentro de creencias y adoración emocional. La esencia de los pensamientos superiores de la colectividad de sus miembros debe guiar todas las acciones en la S.T.  Y LA S.E.  Nunca tratamos de sujetar a nosotros la voluntad de otros. En tiempos favorables liberamos influencias elevadoras que impresionan a varias personas de diferentes maneras. Es el aspecto colectivo de  muchos de estos pensamientos el que puede dar el rumbo correcto a las acciones.”
 
Las líneas anteriores parecen contener información clave en cuanto a los contactos entre los Maestros y el movimiento después del año de 1900. Este es el año en que la Era de Acuario comenzó, de acuerdo a una declaración clara y documentada hecha por H.P. Blavatsky. (“Collected Writings”, TPH, volumen VIII, p. 174, nota al pie de la página.)
 
El contacto existe, entonces, como una posibilidad.  Es algo real. No es verbal. No es visual. No es personal. Por lo tanto nadie tiene la posibilidad de sentir algún orgullo personal a causa del contacto. Cualquiera que se da cuenta cabal de este proceso solo llegará a estar cada vez menos y menos sujeto a sentimientos de ambición personal. Las frases claves en la carta son:
 
“En tiempos favorables liberamos influencias elevadoras que impresionan a varias personas de diferentes maneras. Es el aspecto colectivo de  muchos de estos pensamientos el que puede dar el rumbo correcto a las acciones.”
 
Este proceso interno de inspiración nunca ha cesado ni cesará de ocurrir, en dondequiera y siempre que haya un Alma lista para ello, en cualquier país o continente. Sin embargo, mirándolo desde el punto de vista del movimiento teosófico moderno, esta enseñanza específica fue más claramente comprendida – y puesta en acción – solamente desde febrero de 1909. Fue hecha realidad por teósofos que no habían leído la Carta de 1900, porque la Carta fue publicada – y eso en un texto incompleto – solo varios años después de 1909.
 
La reorganización del movimiento sobre la base sana del sentido común con relación a los contactos con los Maestros empezó con la fundación de la Logia Unida de Teósofos, el 18 de febrero de 1909. Vale la pena examinar estas palabras del teósofo John Garrigues:  
 
“…. Podríamos pensar en el significado profundo del Chelado [discipulado] y quizás eso nos pueda abrir los ojos para algunas cosas. Aquí tenemos, colectivamente, algún tipo de relación con los Maestros de Sabiduría, ¿no es cierto? [2]  Nosotros estamos interesados en la misma Causa por la que Ellos trabajan en plena y continua consciencia. Estamos luchando para avanzar en la misma dirección; es decir, estamos tratando de estudiar y aplicar la misma enseñanza que guía las vidas de Ellos.  Así que tenemos una relación con Ellos como un conjunto, como un cuerpo colectivo, ya que tenemos objetivos,  propósitos y enseñanzas comunes. Por más remota que sea esta relación, es un contacto. Suponga que un hombre, un individuo aquí y allá, se da cuenta de eso. Así como el sentido del tacto, al concentrarlo, llega a ser sentido del oído sin perder el sentido del tacto; y el sentido del oído, al concentrarlo, llega a ser sentido de la vista sin que los sentidos del oído o del tacto se hayan perdido, – si existen Maestros de Sabiduría, si hay tales Seres y Ellos trabajan por el bien de la humanidad, Ellos deben tener interés especial en aquellos hombres y mujeres que se esfuerzan en adaptarse a cada oportunidad abierta ante ellos con el fin de estar mejor capacitados para ayudar y enseñar a otros.[3]
 
Las afirmaciones de John Garrigues son una contribución valiosa para el estudio de los aspectos internos del esfuerzo teosófico en el siglo XXI y más allá.
 
Algunos libros con indicaciones realistas en cuanto a cómo el estudiante puede investigar el proceso silencioso de la comunión con niveles superiores de inteligencia son: “Las Cartas de los Mahatmas”, editadas por A. Trevor Barker; “The Friendly Philosopher”, de Robert Crosbie; “Living the Life”, por B.P. Wadia; “Luz en el Sendero”, escrito por Mabel Collins; y “La Voz del Silencio” y “La Clave de la Teosofía”, de H.P. Blavatsky.  
 
Tal investigación es multidimensional y se desarrolla a lo largo de varias encarnaciones, pero se torna más fácil a medida que pasa el tiempo. Cada esfuerzo realizado en la dirección correcta es válido y rinde frutos incluso a corto plazo, aunque estos no son siempre visibles.  
 
El primer paso en el sendero es ponerse en contacto con el propio yo superior o alma inmortal.  Es solo a través de las dimensiones superiores de la consciencia de uno mismo como es posible ponerse en sintonía con los niveles más elevados de la vida.
 
En ese punto surge por supuesto la pregunta: ¿y cómo se puede hacer esto?
 
Paradójicamente, una manera excelente para que el estudiante amplíe el contacto con su propio yo superior es tratar de ser, al mismo tiempo, independiente y altruista. Es útil estudiar la sabiduría universal, tener respeto por todos los seres y tratar de servir a la humanidad en su conjunto. Al mismo tiempo, la autonomía y la autorresponsabilidad son indispensables.
 
La Logia Independiente de Teósofos considera que el camino de la sabiduría es empinado y estrecho, y exige atención completa. Sin embargo, como enseña la tradición oriental, “no hay otro camino”.
 
NOTAS:
 
[1] Las palabras en mayúscula “Y LA S.E.” fueron  suprimidas por editores de Adyar, y solo se conocieron cuando el texto completo de la carta fue obtenido por un estudiante de HPB, en 1987.  “S.E.” se refiere a “Sección Esotérica”, es decir, la escuela esotérica.
 
[2] Aquí el autor se refiere a un grupo de diligentes estudiantes de las enseñanzas originales de la Teosofía, que trabajan con altruismo con una perspectiva a largo plazo.
 
[3] Estas líneas se transcribieron de la página 198 del libro “Point Out the Way”. Se trata de un volumen escrito a máquina, mimeografiado y luego fotocopiado, que reproduce las notas taquigráficas tomadas en conversaciones informales sobre el libro “El Océano de la Teosofía” de W.Q. Judge. Las conversaciones se llevaron a cabo a principios de la década de 1930 en la Logia de Los Angeles de la Logia Unida de Teósofos. En esta primera edición, “Point Out the Way” tiene 211 páginas. 
 
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El texto “Sobre Contactos Con Maestros” fue publicado inicialmente en inglés en nuestros sitios web asociados. Título original y link: “On Contacts With Masters”. La traducción al español fue hecha por la teósofa Aida Luz Rivera Santiago, de México, con revisión final del autor. Actualizado en enero de 2017. Revisado por Alex Rambla Beltrán en setiembre de 2020.   
 
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En septiembre de 2016, luego de un cuidadoso análisis de la situación del movimiento esotérico internacional, un grupo de estudiantes decidió crear la Logia Independiente de Teósofos, que tiene como una de sus prioridades la construcción de un futuro mejor en las diversas dimensiones de la vida.
 
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