El Conocimiento y la Obligación
Moral Crecen Juntos y Nunca se Separan
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
 
 
* La mejor victoria no derrota a nadie.
 
* Ahora mismo es el momento de enfocar nuestra mente en hacer lo mejor que podemos, de una manera autorresponsable y planificada.
 
* La concentración de la mente amplía los horizontes. También los purifica y los eleva.
 
* La concentración permite que la mente tenga horizontes anchos. Una conciencia dispersiva es estrecha. El respeto propio crea estabilidad: necesitas una base firme para observar el cielo.
 
* Una cordial cortesía hacia todos los seres contiene en sí misma la sustancia de la fraternidad universal.
 
* Los que saben dicen: si nuestros objetivos son correctos, el propósito de los obstáculos es fortalecer la voluntad, estimular el discernimiento y ampliar la capacidad de evitar el desperdicio innecesario de energía.
 
* La acumulación de buen karma debe hacerse sin prisa. Un sentimiento de ansiedad contaminaría la sustancia del karma acumulado. Los objetivos elevados deben estar distantes: el alivio a corto plazo vendrá cuando llegue el momento adecuado.
 
* Con cada nuevo paso adelante, la necesidad de vigilancia aumenta. El progreso puede hacer que las posibilidades de autoengaño se expandan, a menos que sea visto con humildad y desapego.
 
* La renunciación es una fuente de paz. La autodisciplina prepara la victoria. El olvido responsable de sí mismo produce la bienaventuranza de un contacto más amplio con el alma espiritual.
 
* Están mal informados los que niegan el pasado para vivir en el “Ahora”. No hay separación entre Ayer y Hoy. La eternidad vive en el instante presente. A lo largo las edades, la felicidad es siempre nueva.
 
* La tarea más decisiva en la búsqueda de la sabiduría es aprender a aprender. Eso comienza por observar y cuestionar la verdadera forma en que aprendemos. ¿Somos creyentes o buscadores? Las iglesias y las sectas quieren creyentes. El movimiento teosófico necesita buscadores.
 
* Algunas ideas parecen ser obvias, pero son fáciles de olvidar y requieren una voluntad de hierro para ser puestas en práctica. Una de ellas es que el respeto propio es inseparable de un sentimiento de buena voluntad hacia todos los seres. Tal buena voluntad debe ir acompañada de un discernimiento y realismo severos.
 
* Nuestros buenos hábitos nos protegen. Por otro lado, los errores repetitivos son amenazas que a menudo permanecen invisibles. Deben ser identificados y cuidadosamente reemplazados por acciones correctas. Para eso, el desapego será necesario.
 
* La Ley del Universo se puede encontrar dentro de uno mismo. La teosofía es sabiduría divina, y la única manera de alcanzarla es expandiendo el contacto con el yo superior o alma espiritual.
 
* Para olvidarse de sí mismo, uno debe comprender los movimientos del mundo del egoísmo, y percibir que no tienen sentido, y cansarse de ellos, y enfocar el corazón y la mente en aquello que es eterno.
 
* Uno no puede decir “Sí” a la verdad, a menos que diga “No” a la falsedad. La voz de la conciencia le dice al peregrino cuál es el sendero correcto, y qué sendero se debe abandonar.
 
* Despertando de los sueños a corto plazo y de los horizontes estrechos del yo inferior, podemos ver la realidad desde una perspectiva más elevada. Después de hacer eso, las cosas cambian. Cuando uno mira de nuevo la agenda del yo inferior, reconoce a este como una herramienta valiosa en una vasta misión cuyos horizontes son virtualmente ilimitados.
 
* Usa tu discernimiento. Observa y aprende de los factores molestos de la vida, pero no les des el tiempo y la energía que no merecen. Las puertas a una vida mejor son internas. Concentra tu mente y tu corazón en lo que es bueno, verdadero y moralmente hermoso. Construye lo que quieras que sea construido: la bienaventuranza de la vida está dentro de ti.
 
* Un enfoque correcto de los procesos pedagógicos de la teosofía –  los cuales son multidimensionales – impide que tanto los estudiantes experimentados como los no experimentados caigan en la trampa del orgullo personal. Lo que uno puede aprender debe reconocerse como mucho más importante que lo que uno puede sentir que ya conoce. Estar en contacto directo con lo Sagrado es inseparable de sentirse humilde. Los estudiantes que deseen Aprender sobre el Universo no tienen tiempo que perder con el  orgullo o la envidia.
 
* El conflicto interreligioso y la desarmonía intercultural forman parte del núcleo de los problemas que la humanidad debe resolver en los próximos años y décadas. Esto debe hacerse observando los errores de forma directa y corrigiéndolos. Las enseñanzas originales de la filosofía esotérica de Helena Blavatsky tienen la clave para ello. Pero las versiones falsas de la teosofía clásica son, por supuesto, peor que inútiles.
 
* Hay un tiempo para avanzar y un tiempo para esperar. Hay un tiempo para obtener cosas y otro para practicar la renunciación. En algunas ocasiones, uno debe permanecer en una vigilancia inmóvil. El guerrero de la verdad vive en contacto con el silencio en su corazón y está listo para diversas situaciones. Él puede trabajar en movimiento y puede detenerse. La estabilidad y el cambio le resultan cómodos. Él es hermano de la agilidad y de la bienaventuranza. Es un compañero íntimo de lo que es visible, y nunca se separa de lo insondable.
 
* El Libro de la Vida es, de hecho, el Libro del Aprendizaje. Al comienzo del día, tu yo inferior está renaciendo y es como una página en blanco. No lo abandones: dale una dirección.
 
* En las primeras líneas de cada página nueva del Libro de la Vida, escribe con firmeza tu decisión de mantener, a lo largo del día, una actitud de autorresponsabilidad, un grado razonable de autocontrol y una amistad hacia todos los seres.
 
* Las situaciones externas ruidosas son paradójicamente propicias para que uno se retire dentro de sí mismo. La visión interna de un ser humano despierto incluye todo el cosmos, y la bienaventuranza verdadera no depende de la ubicación geográfica.
 
* Un entorno cacofónico es una ocasión perfecta para buscar la esencia del ser, escuchando la música del silencio. Ese es un momento adecuado para encontrar la paz interior que contiene el misterio del tiempo eterno.
 
* Cada nivel de conocimiento es inseparable de su grado correspondiente de deber y de ética.[1]
 
* El conocimiento que no se usa para hacer el bien y para eliminar las causas del dolor no es verdadero conocimiento. Por lo tanto, buscar la verdad es buscar el deber. Uno logra un conocimiento real de la verdad y cumple con sus más elevados deberes al mismo tiempo y poco a poco, porque el conocimiento y la obligación moral crecen juntos y nunca se separan.
 
* Lo que pienso debe estar en armonía con lo que digo y con lo que siento y hago.
 
* Mis pensamientos, acciones, emociones e intenciones deben apuntar hacia la misma dirección, aunque tal alineamiento ciertamente será humano e imperfecto. Siempre puedo mejorar.
 
* Debo ser tolerante con los demás y tener hacia ellos la misma buena voluntad que me gustaría que ellos tuvieran hacia mí.
 
NOTA:
 
[1] Esta sentencia es del artículo “Helena Blavatsky’s Self-Criticism”, de Carlos Cardoso Aveline, que está disponible en nuestros sitios web.
 
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El artículo “Ideas a lo Largo del Camino – 07”  es una traducción de “Thoughts Along the Road – 07”. La traducción al español es de Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. La publicación ocurrió el 03 de julio de 2018.
 
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