Por Qué Motivos la Teosofía
Descarta los Siddhis Inferiores
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
Las ilusiones y desilusiones son necesarias para que el discernimiento
de las personas sinceras se fortalezca, a medida que sus almas se elevan
 
 
 
La filosofía esotérica incluye un enfoque científico experimental de la caminata del espíritu. Ella respeta los procesos místicos auténticos, pero denuncia la mistificación, la falsificación y el abuso de la credulidad humana.
 
A partir de este principio general debemos examinar qué dice la teosofía acerca de los “siddhis” o poderes inferiores de la consciencia, y si aborda o no el tema de los “chakras”, los puntos energéticos que existen a lo largo del cuerpo humano, según la tradición hindú.
 
H.P. Blavatsky y los Maestros enseñaron poco o nada sobre los chakras.
 
La teosofía original enseña sobre los siete principios, y la comprensión de los chakras está implícita. Si bien existen, las menciones a la kundalini en la teosofía original son pocas. El motivo de este silencio respecto a los chakras es que la prioridad consiste en el autoperfeccionamiento interno. Se evita la manipulación de energías que, aunque sean sutiles, no son espirituales. La preocupación por los siddhis o “poderes” del yo inferior desvía al aspirante del camino del verdadero saber.
 
Los llamados poderes psíquicos (clarividencia, telepatía consciente, clariaudiencia, etc.) son nocivos cuando el yo inferior los busca o ejerce, en los planos materiales o semimateriales de consciencia y con objetivos egoístas. Como temas de estudio, estos asuntos son también superficiales y estimulan la vanidad.
 
Quien no comprende que el ser humano tiene dos almas – una mortal e inferior y otra inmortal y superior – tiene pocas posibilidades de superar el ocultismo inferior y su pequeño mundo de metas personales, donde la fuente de motivación es el orgullo.
 
El alma inmortal es altruista y no busca ganancias para sí. Ella es descrita en la narración legendaria de las vidas de Buddha, Jesús y San Francisco de Asís, entre otros. Quien no adopta como meta el desarrollo de esta consciencia superior, o usa un discurso altruista como tapadera externa para esconder una preocupación egoísta, no tiene acceso a las energías realmente espirituales.
 
Algunas de estas personas quedan fascinadas por lo que ellas llaman “las energías”, y comienzan a manipular cosas que no conocen. La vida del yo superior no tiene nada que ver con tales malabarismos.
 
Los temas supuestamente espectaculares como los chakras, la clarividencia y los “poderes” funcionan como medios para alimentar las ilusiones propias y parecer que se está más evolucionado que otras personas. O funcionan como fuegos artificiales para ganar dinero.
 
Cabe recordar el pasaje del Nuevo Testamento en el que Jesús expulsa a los mercaderes del templo a latigazos. El fragmento está en Mateo, 21:12-13.
 
¿Quién podría imaginar al Jesús de los Evangelios cobrando por sus curaciones?
 
¿Sería posible imaginarlo multiplicando los panes y cobrando un “precio especial” por ellos?
 
El único personaje que ganó dinero con los acontecimientos narrados por los Evangelios fue Judas, y él se ahorcó poco después de recibir sus 30 monedas.
 
San Francisco de Asís expulsaba terminantemente de su “Orden de Frailes Menores” a quien siquiera ACEPTASE dinero. Mahatma Gandhi no tenía nada propio. Los principales fundadores del movimiento teosófico llevaron vidas extremadamente modestas. Varios de ellos dedicaron su existencia al movimiento y sobrevivían con gran austeridad gracias a la ayuda de sus colegas. Esta práctica todavía ocurre en el movimiento teosófico auténtico.
 
¿Cuál es la prioridad?
 
El ser humano tiene siete principios. El entrenamiento esotérico pasa por reducir las energías de los cuatro principios inferiores y ponerlas al servicio de los tres principios superiores.
 
“Es muriendo como se nace a la vida eterna”, enseñó Francisco de Asís. Y, según el raja yoga oriental, es impensable que un discípulo, o un aspirante al grado más humilde de discipulado, busque poderes psíquicos para sí. En caso de que él tenga algún poder, sin haberlo buscado, no intentará obtener ningún provecho personal de dicho poder. Obtener dinero a través de curaciones “espirituales” es algo que H.P.B. califica de magia egoísta y antievolutiva.
 
La salud y la enfermedad son ampliamente astrales, y en última instancia tienen que ver con la relación del alma mortal con el alma inmortal. Cabe examinar, por tanto, dónde exactamente se encuentra la línea de separación entre las “curaciones físicas” y las “curaciones mentales”.
 
Los médicos homeópatas explican que la homeopatía produce la curación por medio de un proceso “casi material”.
 
Consideramos que las curaciones “físicas” – es decir, naturales y saludables – son aquellas iniciadas por un acto físico, como ingerir una sustancia homeopática, o cualquier otro acto concreto, y que las curaciones “mentales” son aquellas iniciadas por un acto mental del terapeuta, en las que el paciente cumple un papel meramente pasivo.
 
Todas ellas acabarán actuando sobre el segundo principio, prana. Sin embargo, la distinción según el origen, físico o mental, es adecuada. Un ejemplo: en el yoga hay más de un ásana específico para estimular la vitalidad, o prana, el segundo principio de la consciencia. Pero los ásanas son físicos.
 
La salud y la curación son temas inseparables de la teosofía. Tal vez la filosofía esotérica puede ser definida como una curación del alma mortal provocada por la influencia ampliada de la energía positiva del alma inmortal. A medio y largo plazo, la salud del alma es un factor  decisivo para la salud del cuerpo. Lo más importante es eliminar las causas del sufrimiento, cuyo origen está en la relación entre el alma mortal y el alma inmortal. Esta relación debe ser fortalecida.
 
Los Ásanas del Hatha Yoga
 
El “hatha yoga” indio del siglo XIX es criticado y condenado en la literatura de los Maestros y de HPB. Sin embargo, el hatha yoga indio del siglo XIX se caracterizaba por la retención de la respiración y por el despertar de los siddhis inferiores.
 
El “yoga” o “hatha yoga” que hoy en día se practica en los países occidentales es una versión más simple y occidental del Hatha Yoga tradicional, del cual habla HPB. Los ásanas (las posturas de la gimnasia psicofísica) forman parte del Raja Yoga. También son usados en Oriente en la tradición de la ciencia esotérica, de la cual forma parte la filosofía teosófica. Los Maestros de Sabiduría que constituyen la fuente de inspiración interior del movimiento teosófico auténtico son, en verdad, raja yoguis.
 
Así pues, con el propósito de mantener la salud, no hay ningún error en practicar el “yoga” simple y popular de hoy, entendido como gimnasia con un grado de concentración mental, sin retención de la respiración y sin desarrollo de las funciones sensitivas del yo inferior. Tal desarrollo sería perjudicial para el despertar práctico de la consciencia del yo superior.
 
Los ejercicios simples y moderados del yoga físico desintoxican el cuerpo y la mente. Dan flexibilidad al organismo y producen cierto grado de autocontrol, poniendo el cuerpo más claramente al servicio de lo que realmente interesa. Los ásanas o posturas físicas del yoga también son mencionados en la obra clásica de Raja Yoga, los “Aforismos del Yoga” de Patanjali.
 
En las páginas de sus revistas, H.P.B. siempre elogió las buenas versiones de los Yoga Sutras de Patanjali. Varios colaboradores de ella, entre ellos William Judge, promovieron directamente la publicación de versiones de la obra de Patanjali. [1]
 
La Tercera Meta del Movimiento
 
Los dos primeros objetivos del movimiento teosófico moderno son:
 
1) La formación de un núcleo de fraternidad universal;
2) El estudio de las escrituras sagradas y filosóficas orientales.
 
La tercera meta del movimiento es la más interna, y tal vez la más compleja. En los párrafos iniciales del capítulo 3 de “La Clave de la Teosofía”, H.P. Blavatsky afirma que el tercer objetivo es:
 
“Investigar los misterios escondidos de la Naturaleza bajo todo aspecto posible y los poderes psíquicos y espirituales latentes especialmente en el ser humano”. [2]
 
Aquí HPB menciona los peligrosos poderes “psíquicos” del yo inferior junto a los poderes “espirituales”, que son confiables porque pertenecen al yo superior.
 
El tercer objetivo del movimiento propone ir más allá de las apariencias y trascender el egoísmo “espiritualizado”, para alcanzar gradualmente una percepción del mundo en su esencia dinámica y universal, que está oculta a los cinco sentidos y que el yo inferior no puede comprender plenamente.
 
¿Cómo se pueden investigar de modo correcto los poderes potenciales del alma humana sin caer en las trampas del plano astral e ilusorio?
 
Una clave, sugerida en las Cartas de los Mahatmas, parece consistir en habituarse primero a usar correctamente los poderes que ya están desarrollados. Entre los poderes que todo individuo tiene a su disposición y que debe aprender a utilizar correctamente están:
 
1) El poder de buscar la verdad;
2) El poder de pensar y comprender;
3) El poder de usar la voluntad;
4) El poder de tomar decisiones responsables;
5) El poder de hablar y escribir;
6) El poder de oír la voz de su propia conciencia;
7) El poder de hacer lo que dice la voz de la conciencia.
 
No por casualidad H.P. Blavatsky escribió:
 
“Antes de desear, trata de merecer”.
 
A medida que administramos correctamente lo que ya está a nuestra disposición y lo ponemos al servicio de una meta digna, el inmenso potencial positivo se desenvuelve de modo natural.
 
El verdadero buscador de la sabiduría eterna evita toda artificialidad: caminando con calma y de manera autorresponsable, él efectúa un progreso seguro y duradero.
 
NOTAS:
 
[1] Véase en nuestros sitios web asociados la edición en PDF de la obra “Aforismos de la Yoga de Patanjali”, de Swami Vivekananda.
 
[2] La Clave de la Teosofía”, de Helena P. Blavatsky, p. 39.
 
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El artículo “No Todo lo Que es Oculto es Espiritual” es una traducción del portugués y ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Título original y link: “Nem Tudo Que é Oculto é Espiritual”. La publicación en español ocurrió el 12 de febrero de 2020.
 
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